miércoles, 17 de marzo de 2010

La cantidad de amigos es directamente proporcional a la posibilidad de mentir y de que te mientan.















Si esto es así, debo entender que tengo pocos amigos, aunque prefiero pensar que “a menor cantidad más calidad”.

Soy una mujer afortunada, no todos logran que un amigo entienda solo con mirarte que debe hacerse a un lado y dejarte en el camino porque es lo que necesitas en ese preciso instante; o lo que es mucho mejor aún, estar a tu lado en silencio sin que tengas que pedirlo y sin que necesariamente tengas que sentir su presencia física.

Paradójicamente, te das cuenta de quién es quién en las situaciones más complicadas y en las más sencillas.

No todos pasamos la prueba, al final resulta que somos “el peor” y “el mejor” amigo de alguien en algún lugar de esta tierra (Sin habernos clonado!!!).

Lo bueno es reconocer que están, algunos no tan presentes como uno quisiera, otros más de lo que uno desearía.

El resto de la gente simplemente no existe, pero ese detalle logras apreciarlo cuando eres conciente de que “estar solo” y “sentirse solo” son conceptos muy disímiles.

Al final de cuentas, como diría alguna vez GAB: La soledad es el imperio de la conciencia.

1 comentario:

Fénix dijo...

...es como lo siguiente: "...el dinero no cambia a la gente sino que saca su verdadera esencia..." y yo no sé cuál es mi verdadera esencia hasta que me encuentre en la situación...por eso el antidoto de la decepción es actuar en base a principios y valores...
ay coñ...cuanta sapiensa junta... mana vamo a ecribi un libro!!!! (decepcion se escribe así)!!!???