Nota: Favor de leer ordenadamente, el de abajo va primero....
Cuenta el Archivo de Las Indias, que en Julio del 2003, llego a Tokio: Katia Duvergé
En fin, llegamos a un lugar totalmente desconocido en algún lugar de la ciudad de Tokio, me desmonto del taxi, me bajan la maleta y me depositan cual paquete en el lobby del instituto donde viviría durante los próximos tres meses.
Creo que la falta de mi cajetilla de Marlboro Rojo agravo un tanto la situación, del counter sale una individua como en risa y me dice: Konnicchiwa (ustedes se imaginaran la mirada que le di) y arranco como un radio a decir cosas, ciertamente ahora mismo yo no recuerdo si eran en japonés, el caso es que me vi en la necesidad de pedir a alguien que hablara ingles…Señores, el mundo se esta acabando, yo rogando por que alguien hablara ingles!!!
Sale un individuo con el mismo “Konnicchiwa” de ahorita, acompañado de un idioma extraño para mis oídos, el creyó que me dijo algo en ingles y yo juraba que le había respondido en ese mismo idioma, pero su cara de loco y mi cara de espanto daban indicios de una total falta de comunicación, ya teníamos como cinco minutos en eso, cuando aparece otro individuo (salió del mismo sitio, para mi que ahí era que los fabricaban) dispuesto según el, a arreglar la situación.
Me di por vencida, ellos hablaban peor que yo (nunca lo hubiera imaginado) tire el pasaporte arriba del mostrador y me senté en el piso con la cara entre las manos, creo que se asustaron porque a los dos minutos apareció otro (se los dije) que por lo menos veía películas en ingles, al rato me dieron una llave, doscientos papeles y una tarjeta, por la forma en que di una vueltica tonta en el lobby se dieron cuenta de que sola yo no llegaba a ninguna parte y el ultimo en aparecer, se ofreció a llevarme a la habitación, tomamos el elevador, pasillo al fondo, viene llave, muchas gracias y cierro la puerta.
Padre mío, por que me has abandonado?
Yo se exactamente lo que sintió Jesús: Sin dinero del lugar, sin cigarrillos, con sed, con hambre, con dolor de cabeza, sin un conocido o desconocido a quien preguntarle nada y en Tokio, cualquiera se clava el mismo en la cruz, lo bonito era que yo tenia sueño y no podía ser, como me iba a acostar si era día, yo no he comido!!!!!!
Nada, me tire en la cama y al parecer Morfeo hizo de las suyas.
Cuando abrí los ojos, sinceramente yo no tenía la menor idea de donde estaba, cuando prendí la televisión y vi mi primer comercial nipón, fue que vine a caer en cuenta , algo tenia que hacer, porque estaba a punto de entrar en crisis, me bañé, tomé la llave de la habitación y salí a desandar por el lugar.
Sube escalera y baja escalera con la mirada perdida, sin rumbo fijo ni dirección aparente, la más fiel estampa de una huérfana con madre viva, me paro frente a un jardín que había en el instituto , cuando de repente mis oídos reconocen una melodía casi olvidada…el idioma de Cervantes, yo pensé que estaba alucinando, pero no!!! Eso era español, se escuchaban varias tonalidades y acentos.
De donde viene el sonido?,Donde están que no los veo?, como canino entrenado de la DNCD, me mande escaleras arriba siguiendo la pista a esas voces que cada vez se escuchaban con mas claridad y Zasss, míralos ahí, que lindo grupito, cinco seres humanos juntos hablando español.
Me acerque al grupo con mi cara de lo más natural y con una alegre sonrisa ( eso creía yo, después me dijeron en una de las tantas fiestas que armamos, que esa noche entre la cara de la niña del exorcista y mi cara no había la menor diferencia) diciendo: Hola, Buenas noches, como están ustedes, mi nombre es Katia, soy de República Dominicana bla, bla ,bla ,bla ,bla ,bla ,bla, bla, bla, bla, bla todo junto y sin respirar, ni dando chance tampoco a que nadie me contestara, nada más me falto bailar una mangulina, como supondrán asuste al grupo.
Cuando le pregunto al menos atemorizado, donde puedo cambiar dinero me dice con su tonito: Vale, creo que hoy no podrá ser, ves, mañana te pasas por el banco que esta dos cuadras mas acá de la tienda que esta mas arriba … casi le brinco, volteo la cabeza y le pregunto a la otra: Y de casualidad puedo sacar dinero de la tarjeta que me dieron? a lo que me responde muy sacada de situación: Sabes algo, creo que no podes a estas horas, los cajeros están abiertos hasta las 21 horas... Que desgracia!!!, giro la cabeza sin voltearme y le pregunto a la otra: Y entonces? y ella dice: Y entonces que? te fregaste, ya esta, hasta mañana no pasa nada… ahí empecé a caminar por el techo, en ese preciso instante fue cuando aviste (al revés) a otro que llegaba y se prendieron las alarmas, esa cosa roja que sobresalía en su camisa era una cajetilla de Marlboro o yo no me llamaba Regan, supongo que por la mirada fija y penetrante que le lance no le quedo más remedio que brindarme un cigarrillo, el cual pretendía prenderme privando en educado , le corte los ojos y dije: Buenas noches…nos veremos por ahí.
Ese ha sido el cigarrillo que mas ha durado en la historia moderna reciente, cuando llegue a la habitación lo prendí, un humito y lo apague, me entre a bañar para acostarme y cuando salí lo prendí, un humito y lo apague, me acosté y casi lo guardo en la caja de seguridad.
Como comprenderán mi ciclo de sueño y mi cerebro estaban fuera de su centro, como a las dos horas me levante otra vez, por el ruido de mi estomago, que hambre madre mía!!!!
Miraba el cigarrillo, pero los humitos estaban contabilizados: uno en la mañana temprano, otro cuando me cambiara y el ultimo antes de salir de la habitación, pero que va!!! Era pedir demasiado, me baje de la cama y me pare en el balcón, a los dos minutos ya estaba llorando como si me hubiera botado un novio con el que me casaba en navidad, en medio de los hipidos, saque un botella de ron que había llevado de regalo (era para regalársela a quien sea, pero tenia que llevar presentes, a ese país uno no se aparece con las manos vacías) la abrí , me serví en la tapita y prendí el cigarrillo dispuesta a morir, pues nada me importaba en ese momento, que rayos hacia yo tan lejos de mi casa, me decía una y otra vez.
A lo lejos, el edificio de Microsoft con sus luces de las oficinas apagadas era un reflejo de mi agonía y ahí me quede, la noche entera me la pase en ese balcón: Lejísimo de mi casa, sola, sin comer, sin un yen y sin cigarrillos.
Y todavía se atrevieron a preguntarme el grupo de descarados esos, que: Que hacia yo a las once de la mañana sentada en una acera,con una botella gigante de Coca Cola y un paquete de cigarrillos, con dos cajetillas abiertas.
Sumimasen, pero hay cosas que mejor no se preguntan.
Arigato gozaimasu, Sosoro shitsurei-shimasu a mis obligaciones cotidianas.
Sayonara.
PALABRA 09/40: Bi - Bibi
Hace 9 años